Manatí
Publicado el 31 julio, 2018 - Última modificación: 5 agosto, 2018El manatí, es un gran mamífero que habita en aguas templadas del hemisferio oriental de zonas subtropicales como Florida o el Caribe. También es conocido como vaca marina, pues el único mamífero marino que es estrictamente herbívoro.
Especies
Pertenece a la familia de los Trichechidae del género Trichechus con tres especies vivas:
- Manatí amazónico (Trichechus inunguis)
- Manatí de las Indias Occidentales (Trichechus manatus)
- Manatí de África Occidental (Trichechus senegalensis)
Características
El manatí puede llegar a pesar hasta 590 kg y medir 4 m de longitud. Puede llegar a vivir más de 70 años. Presentan dimorfismo sexual, pues el manatí hembra es mucho más grande que el macho, y por tanto más pesada que el macho, logrando ser uno de los mamíferos más grandes del mar pero está demasiado lejos del peso y tamaño del rey del mar, las ballenas azules.
El labio superior es gran, flexible y prensil que se utiliza para alimentarse, la interacción social y la comunicación. En comparación con sus compañeros sireneos (dudongos) tienen hocicos más cortos. Los párpados se cierran de manera circular. La cola posee forma de paleta, siendo la principal diferencia visible entre un manatí y un dudongo. La cola del dudongo es similar a la de una ballena.
Los adultos no poseen dientes incisivos o caninos, sólo un grupo de dientes en la mejilla que no serán un número mayor a seis dientes en cada mandíbula. No están claramente diferenciados en molares y premolares. Los dientes son reemplazados reiteradamente durante toda su vida, los dientes nuevos crecen en la parte posterior conforme los dientes viejo se van cayendo desde la parte delantera de la boca, muy similar a los dientes de los elefantes.
Al igual que otros mamíferos, tienen dos tetas, una debajo de cada aleta, tampoco posee agallas, por tanto no puede respirar bajo el agua y debe salir a la superficie a tomar aire regularmente. Éstas fueron las primeras características que se usaron para establecer los primeros vínculos entre el manatí y el elefante. A pesar de pertenecer a los mamíferos es bastante diferente pues solo tiene seis vértebras cervicales, mientras que el resto de mamíferos poseen siete.
El estómago del manatí es bastante simple, como el del caballo, a cambio tiene un gran ciego en el que digiere los vegetales más duros. Los instestinos son de unos 45 m, excepcionalmente largos para un animal de su tamaño.
Comportamiento
El manatí puede verse en grandes manadas, formado de unos 20 individuos pero generalmente es un animal solitario y tienden a pasar la mayor parte del tiempo solos, a excepción del manatí hembra que debe estar junto a su cría para criarlo.
La mayor parte del tiempo lo pasa durmiendo o comiendo plantas en aguas cálidas y pocos profundas, de un par de metros.
Hábitat
El manatí habita en las zonas costeras poco profundas y pantanosas. Se puede encontrar en los ríos del Mar Caribe y el Golfo de México (T. manatus, manatí de las Indias Occidentales), la cuenca del Amazonas (T. inunguis, manatí de la Amazonía) y África Occidental (T. senegalensis, manatí de África Occidental).
Alimentación
El manatí es un animal herbívoro que se alimenta de 60 diferentes epsecies de plantas de agua dulce, como jacinto flotante, hierba de los recolectores, maleza de cocodrilo, lechuga de agua, hidrilo, apio de agua, pasto almizclero, hojas de mangle, etc y plantas de agua salada, como pasto de los cardúmenes, pasto de los manatíes, pasto de las tortugas, pasto de las anchoas, trébol marino y algas marinas. En ocasiones, si la situación lo requiere, pueden comer pequeños peces de las redes de pesca.
Consume alrededor el equivalente al 10 – 15% de su peso corporal por día (alrededor de 50 kg diarios). Para poder digerir semejantes cantidades recurre a la fermentación del intestino para realizar el proceso de digestión.
Depredadores
Generalmente, el manatí no posee ningún tipo de depredador natural que amenace su supervivencia pero se cree que existen tiburones, jaguares y caimanes pero no hay pruebas de ello y no existe documentación alguna.
Sin embargo, el ser humano es el principal causante de la baja población de manatíes actual. Son cazados por su grasa y carne.
Reproducción
El manatí, por lo general, se reproduce solamente una vez cada dos años y sólo nace una sola cría, siendo los gemelos muy poco frecuente. Alcanzan la madurez sexual entre los 9 – 10 años los machos y a los 3 años las hembras.
El proceso de apareamiento se da en el agua con distintas posturas. La hembra estará rodeada de varios machos durante semanas que competirán entre ellos para determinar quién será el primero en aparearse. En lo general, la hembra intenta lograr de ellos pero suele ser en vano. Finalmente, la hembra se apareará con varios machos, sin llegar a formar pareja estable.
La gestación tiene una duración de unos 12 meses. Al nacer pesan aproximadamente unos 30 kg y pasará entre 12 y 18 meses junto a la madre.
Estado de conservación
El manatí se encuentra en peligro por el Apéndice I de la CITES (Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres) que prohíbe el comercio procedente del manatí. La especie de manatí antillano (Trichechus manatus manatus) se considera en peligro de extinción por la IUCN (Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza).
A nivel internacional, todas las especies pertenecientes al orden de los sirenia están protegidos por la organización de Cartagena (SPAW) lo cual prohíbe cualquier producto creado a partir de manatíes.
Cultura popular
El manatí ha estado ligado a las sirenas (de ahí el nombre de su orden) en el folklore antiguo. En África Occidental se creía que los manatíes eran animales sagrados, por tanto si matabas a un manatí eras considerado un pecador. En América del sur se cazaban muy a menudo por su carne y sus huesos eran usados para tratar enfermedades básicas.
Existe una creencia popular en todo el mundo, en la que se confunde al manatí con el dugongo al ser ambos muy parecidos entre sí. Pero en realidad, son especies diferentes. La mejor manera de diferenciarlos es por la cola, pues la del dugondo es similar a una ballena, mientras que la del manatí es ancha y plana (con forma de pala).