Animales nocturnos
Los animales nocturnos son aquellos que son activos principalmente en la noche y duermen durante el día. El patrón de actividad de estos animales ocurre en ciclos de veinticuatro horas, conocido como ritmo circadiano. Los animales nocturnos incluyen murciélagos, gatos, búhos, ratones, escorpiones, zarigüeyas, mapaches, coyotes, cucarachas y polillas.
Los animales nocturnos ocupan un nicho complementario al de los animales diurnos. Por ejemplo, los búhos tienen un papel nocturno similar al de los halcones durante el día. Las polillas llenan el mismo nicho por la noche que las mariposas durante el día.
Adaptabilidad
Muchos animales nocturnos tienen adaptaciones especializadas para sus actividades nocturnas. Los ojos de la mayoría de los animales nocturnos son más grandes que los de los animales diurnos, lo que les ayuda a funcionar bien con poca luz. Muchos animales nocturnos tienen orejas grandes que son excepcionalmente sensibles. Un sentido agudo del oído es útil cuando no se puede confiar en la vista en la oscuridad. Del mismo modo, los sentidos agudos del olfato, el gusto y el tacto también ayudan a superar las desventajas de las condiciones de poca luz.
La mayoría de los murciélagos han desarrollado un sistema sonar especial llamado ecolocalización. Hacen llamadas de alta frecuencia ya sea por la boca o la nariz y luego escuchan los ecos que rebotan de los objetos que tienen enfrente. Este es un medio eficaz para orientarse con poca luz y atrapar su comida (generalmente insectos). Los murciélagos frugívoros, uno de los pocos murciélagos diurnos, carecen de la capacidad de ecolocalizar. Esto demuestra la evolución de las características que favorecen su nicho particular, en este caso la actividad diurna frente a la actividad nocturna.
Los ojos de los gatos están bien adaptados a la actividad nocturna. Los ojos son relativamente grandes, con pupilas que pueden abrirse de par en par en par en la oscuridad y estrecharse hasta llegar a las aberturas a la luz del sol. El tamaño y la posición de los ojos en la cabeza permiten que entre tanta luz como sea posible y aseguran un amplio campo de visión. Estos son factores importantes en la caza y el merodeo nocturno. Un gato no puede ver en la oscuridad total, pero puede ver mejor con luz tenue que la mayoría de los demás animales. Además, los gatos tienen orejas grandes y erguidas que ayudan en la detección de presas en la oscuridad.