Loro es el nombre común de una de las tres superfamilias del orden Psittaciformes, su nombre real es Psittacoidea. Están más extendidos que las otras superfamilias: las cacatúas y los loros de Nueva Zelanda.

Son aves conocidas por plumas de diversos colores sumamente brillantes y por la habilidad de algunas especies de hablar, aunque en realidad no son conscientes de lo que dicen, sólo imitan los sonidos de animales y humanos.

Diferentes especies de loros

Diferentes especies de loros

Especies

La superfamilia de los Psittaciformes contiene unas 372 especies de loros.

Superfamilia Strigopoidea – Loros de Nueva Zelanda

  • Familia Nestoridae: El kea y el kaka y varias especies extintas de la región neozelandesa.
  • Familia Strigopidae: El kakapo, loro no volador y en peligro de extinción.

Superfamilia Cacatuoidea – Cacatúas

  • Familia Cacatuidae
    • Subfamilia Nymphicinae: Cacatúa ninfa (Única especie)
    • Subfamilia Calyptorhynchinae: Cacatúas negras.
    • Subfamilia Cacatuinae
      • Tribu Microglossini: Cacatúa enlutada (Única especie)
      • Tribu Cacatuini: Cacatúas blancas, rosadas y grises.

Superfamilia Psittacoidea –  Loros típicos

  • Familia Psittacidae
    • Subfamilia Psittacinae: Dos géneros africanos, Psittacus y Poicephalus.
    • Subfamilia Arinae, loros neotropicales:
      • Tribu Arini: Guacamayos y afines.
      • Tribu Androglossini: Loros neotropicales de cola corta.
        • Incertae sedis
        • Pionites
        • Deroptyus: El loro cacique.
        • Hapalopsittaca
        • Nannopsittaca
        • Psilopsiagon
        • Bolborhynchus
        • Touit
        • Brotogeris
        • Myiopsitta
        • Forpus
  • Familia Psittrichasiidae
    • Subfamilia Psittrichasinae: Loro aguileño (Única especie)
    • Subfamilia Coracopsinae
  • Familia Psittaculidae
    • Subfamilia Platycercinae
      • Tribu Pezoporini: Pericos terrestres y afines.
      • Tribu Platycercini: Pericos de cola ancha.
    • Subfamilia Psittacellinae
    • Subfamilia Loriinae
      • Tribu Loriini: Loris.
      • Tribu Melopsittacini: El periquito común.
      • Tribu Cyclopsittini: Loritos de higuera.
    • Subfamilia Agapornithinae: Agapornis.
    • Subfamilia Psittaculinae
      • Tribu Polytelini: Papagayos y pericos de Australasia.
      • Tribu Psittaculini: Loros asiáticos.
      • Tribu Micropsittini: Microloros.

Características

El loro crece entre 0,8 – 1 m dependiendo de la especie. La especie más pequeña del mundo es la del loro pigmeo que tiene la misma altura que la de un dedo humano. El guacamayo jacinto es la especie de loro más grande del planeta creciendo un metro de altura. En peso, el kakapo es el más pesado con 3 kg de peso.

El loro es la especie de aves más inteligente al ser capaces de imitar los ruidos de sus alrededores. Algunos loros son capaces de imitar sonidos complejos y voces humanas con una perfección asombrosa. Se descubrió a un loro gris africano que poseía un vocabulario de unas 800 palabras.

La mayoría de especies de loros tienen una vida bastante larga en comparación a otras especies de aves (incluso a otras especies animales). La vida promedio es de unos 60 años, aunque algunos ejemplares han alcanzados los 100 años.

Si obviamos el plumaje, la característica física que llama más la atención es su pico. La mandíbula superior destaca sobre la inferior y está curvada hacía abajo terminando en un punto. Al no estar fusionada con el cráneo, le permite una movilidad suficiente para ejercer una tremenda fuerza. Por ejemplo, un guacamayo grande puede ejercer una fuerza de mordedura de 35 kg/cm2 que está cercana a la mordedura de un perro grande. La mandíbula inferior está orientada hacia arriba, siendo más corta, afiliada y terminada en pico. Se mueve contra la parte plana de la mandíbula superior en forma de yunque.

Aquí podemos apreciar el fuerte pico de un guacamayo

Aquí podemos apreciar el fuerte pico de un guacamayo

En el borde interior del pico encontramos los receptores táctiles que les permite realizar manipulaciones muy hábiles. En los loros que se alimentan posee una lengua fuerte que tiene unos receptores táctiles similares a los que se encuentran en el pico, que les permite manipular las semillas o colocar las nueces en el sitio perfecto para que sus mandíbulas puedan romperla.

La cabeza es grande, con dos ojos colocados lateralmente en el cráneo y posicionados en alto, lo que les otorga un campo de visión diferente al de otras aves. Puede ver desde debajo de la punta de su pico, por encima de su cabeza y por detrás de ésta sin necesitar girar la cabeza. Su campo binocular también es bastante amplio para un ave, pero no logra competir con el de los primates.

Las patas son fuertes con garras afiladas y alargas. Sus dedos se distribuyen de forma zigodáctila, es decir, con dos dedos hacia adelante y otros dos hacia atrás. Esta forma les ayuda a agarrarse a las ramas de los árboles, trepar y balancearse. Aunque también las usan como manos, pues son capaces de manipular alimentos y otros objetos con total destreza como lo haría un mono o un humano. Estudios demuestran que el existen tanto loros diestros, como zurdos y la preferencia varía según la especie.

Algunas especies de loros poseen características únicas, como el las cotorras que poseen una cresta móvil de plumas en la parte superior de su cabeza que pueden estar levantada o retraída. Otros loros, como los loros del Pacífico en los géneros Vini y Phigys son capaces de erizar las plumas de la corona y la nuca. El loro de abanico rojo es capaz de subir y bajar una franja de las plumas de su cuello a voluntad.

En plumajes predominan los colores verdes, aunque la mayoría de las especies tienen un color secundario en pequeñas cantidades. El plumaje no posee dimorfismo sexual, es decir, es idéntico en ambos sexos, con la excepción del loro eclecto (eclectus roratus) donde el macho es de color verde y la hembra de color rojo. Sin embargo, algunas especies de loros exhiben un plumaje sexualmente dimórfico en el espectro ultravioleta que es  incapaz de ser reconocido por los humanos (a simple vista).

Comportamiento

El comportamiento de los loros se desconoce en gran parte, debido a que se encuentran numerosos desafíos ya que son difíciles de capturar y marcar. El marcado se realiza mediante el anillado o en el marcado al vuelo pero los loros tienden a masticarlos.

No obstante, se conocen que los loros poseen un vuelo fuerte y directo. La mayoría de las especies gastan su tiempo posadas o trepando en los árboles. También se ayudan de su pico para trepar agarrando o enganchándose en ramas y otros soportes. En el suelo, se mueven lentamente y caminan bamboleándose.

Inteligencia y aprendizaje

Numerosos estudios con aves cautivas han demostrado que el loro, junto a los cuervos (familia Corvidae) son las aves más inteligente. Los loros son capaces de imitar el habla humana, y algunos como el Loro gris (Psittacus erithacus) pueden ser capaces de relacionar palabras con sus significados y, incluso formar oraciones simples.

Normalmente la inteligencia está asociada a la corteza cerebral del cerebro, que en aves es relativamente pequeña pero las aves usan una parte diferente del cerebro, el HVC medio-rostral, como centro de inteligencia. El neurocientífico, Harvey J. Karten, un neurocientífico de la Universidad de California en San Diego demostró que esa parte del cerebro es muy parecida a la de los humanos. Los loros no sólo han mostrado tener una gran habilidad para imitar sonidos, también lo han hecho manejando hábilmente algunas herramientas y resolviendo puzzles al que los desafiaban los científicos.

El aprendizaje comienza cuando son crías, y el primer año de vida es el más importante para el aprendizaje social. Las primeras habilidad sociales se adquieren interactuando con los hermanos o en grupos con otras aves. El proceso de caza puede ser bastante duradero y lo aprenderán de sus padres. El juego también constituye, en gran parte con el proceso de aprendizaje y puede realizarse tanto en solitario como en grupo y les sirve para mejorar su movilidad motora y sus habilidades sociales. En el juego aéreo se aprende a evitar a los depredadores.

Si un loro no recibe estímulos durante sus primeros años de desarrollo lo hará retrasarse. En un estudio se mezclaron a loros con gallinas domésticas (de 3 meses de edad) en unas jaulas diminutas, pasado 9 meses los loros todavía se comportaban igual que las gallinas. Básicamente podría decirse que habían adoptado el comportamiento de gallinas. Esto es importante para la cría en cautividad, como en hogares o zoológicos, para que desde un principio se adquieran buenos hábitos y no caigan en comportamientos dañinos como el autodesplume o un comportamiento agresivo.

Imitación de sonido y habla

Los loros son capaces de imitar el habla humana u otros sonidos. Muchos loros en investigaciones han demostrado tener un vocabulario de miles de palabras, la capacidad de inventar, usar palabras en contexto y en el tiempo correcto. Los loros llamados Alex, un loro gris de la propietaria Irene Pepperberg y N’kisi (otro loro gris) demostraron tener la capacidad de identificar objetos, describirlos, contarlos e incluso responder preguntas complejas del tipo «¿Cuántos cuadrados rojos hay? «Al no tener cuerdas vocales como los humanos, para crear los distintos sonidos el loro expulsa el aire, a través de la boca de la tráquea bifurcada, un órgano llamado siringe.

El loro con la mayor capacidad de imitar sonidos y el habla humana es el loro gris y todas sus subespecies, aunque la gran mayoría de especies pueden imitar. Aún se desconocen los motivos que le han llevado al loro a desarrollar la capacidad imitar, pero se han observado a loros grises , en libertad, imitar a otras aves. En el libro títulado Masnavi (Rumi de Persia) escrito en 1250 se explica un antiguo método para entrenar a los loros para hablar.

Cooperación

La revista Animal Cognition afirmó que algunos loros quieren realizar el trabajo solos, mientras que otros prefieren cooperar como los loros grises. Cuando hay una pareja de loros trabajando juntos realizan sin problemas las tareas en orden, incluso saben cuando deben realizar el trabajo a la vez pero se llevan mal a la hora de cambiar los roles. Cuando hay trío de loros para resolver un problema, dos de ellos formarán una pareja pero los tres cooperan hasta resolver el problema.

Hábitat

El loro tiende a habitar zonas tropicales y subtropicales densamente boscosas, como selvas. Está presente en todos los continentes, en países como Australia y Oceanía, Asia del Sur, Asia del Sudeste, América Central, América del Sur y África. Algunas islas del Caribe y del Pacífico contienen especies endémicas. La mayoría de las especies provienen de Australasia y Sudamérica.

Distribución por tipos

  • La tribu de los loris (tribe Loriini) se encuentran desde Sulawesi y Filipinas en el norte hasta Australia y a través del Pacífico hasta la Polinesia Francesa, aunque la mayor diversidad se encuentra en los alrededores de Nueva Guinea.
  • La subfamilia Arinae se extiende desde el norte de México y las Bahamas hasta Tierra del Fuego, en el extremo sur de Sudamérica.
  • Los loros pigmeos, tribu Micropsittini, constituyen un pequeño género restringido a Nueva Guinea y las Islas Salomón.
  • La superfamilia Strigopoidea tiene tres especies vivas de loros aberrantes de Nueva Zelanda.
  • Los pericos de cola ancha (subfamilia Platycercinae) están restringidas a Australia, Nueva Zelanda, y las islas del Pacífico tan al este como Fiji.
  • La familia de loros típicos o verdaderos (Psittacoidea) engloba una gama de especies que van desde Australia y Nueva Guinea hasta el sur de Asia y África.
  • El centro de la biodiversidad de la cacatúa es Australia y Nueva Guinea, aunque algunas especies viven en las Islas Salomón, Wallacea y Filipinas.

Alimentación

El loro, por lo general, es un animal omnívoro (aunque dependerá de la especie), pues se alimenta de semillas, frutas, néctar, polen, yemas, y a veces artrópodos y otras presas animales. En la mayoría de especies el alimento principal son las semillas y el pico se ha adaptado a su apertura, aunque a veces, se tienen que ayudar con sus patas en las semillas más grandes.

Todos los loros típicos, excepto el loro de Pesquet, usan la misma técnica para obtener las semillas protegidas por una cáscara; se mantiene entre las mandíbulas y la inferior aplasta la cáscara con lo que la semilla se queda dentro del pico. La mayoría de veces cuando se detecta a un loro consumiendo fruta, en realidad está intentando llegar a la semilla.

En ocasiones, las semillas pueden encontrarse envenenadas para protegerlas de los depredadores pero los loros son capaces de quitar las partes venenosas para ingerir la semilla sin problemas. Algunas especies consumen arcilla para liberar minerales que absorben los compuesto tóxicos que dejan en el intestino.

Los loris, lorículos y el periquito migrador consumen, principalmente, néctar y polen. Para ello disponen de lenguas con puntas de pincel, así como adaptaciones en sus órganos para soportar este tipo de dieta. Otras especies también consumen néctar y polen cuando se encuentran a su alcance.

Como comentamos al principios, algunas especies también consumen animales, sobre todo animales invertebrados como larvas. Por ejemplo, los Perico Aligualdo (Psephotellus chrysopterygius) comen caracoles de agua y al Kea (Nestor notabilis) se le ha llegado ver cazar a oveja adultas. El perico de las Antípodas​ (Cyanoramphus unicolor) entra en la madriguera de los Pardela gorgiblanca (Procellaria aequinoctialis) cuando están anidando para matar a los adultos. Algunas cacatúas y el kaka extraen larvas de ramas y maderas. La dieta de la Cacatúa fúnebre coliamarilla (Calyptorhynchus funereus) se basa casi exclusivamente de insectos.

Algunos loros extintos tenían dietas exclusivamente carnívoras como los pseudastúridos que eran insectívoros.

Depredadores

El loro tiene pocos depredadores debido a su gran tamaño e inteligencia. Sus depredadores naturales son monos, serpientes y grandes aves rapaces que tienden a preferir más a sus huevos que al propio ave. Los humanos lo cazan o los capturan para comerciar con ellos como mascotas exóticas.

Pareja de agapornis

Pareja de agapornis

Reproducción

El loro es una especie monógama, con algunas excepciones. Anidan en cavidades y no poseen territorios más allá que en sus zonas de anidación. La pareja establece lazos para toda la vida, y no exclusivamente para anidar. Por lo general, el macho se exhibe ante la hembra con un «desfile» o «paseo majestuoso» que consiste en pasos lentos y deliberados, junto al «resplandor de ojos» donde se contrae la pupila para mostrar el borde del iris.

En otras aves es habitual a ayudar a alimentar a otras crías que no sean propias, en lo que se conoce como «cría cooperativa». Sin embargo, en los loros está característica no se ha observado a excepción del la cotorra de El Oro​ (Pyrrhura orcesi) y el guacamayo guaruba (Guaruba guarouba) que pueden tener un comportamiento polígomo y permitir la cría en grupo o que multiples hembras colaboren en la puesta.

La mayoría de loros anidan en cavidades de árboles, excavadas en acantilados (comunes en américa) o en el suelo, a excepción del la cotorra argentina o monje (Myiopsitta monachus) y cinco especies de tórtolas anidan en los árboles, y tres loros terrestres australianos y neozelandeses anidan en el suelo. Otras especies aprovchan los nidos de las termitas para disminuir la visibilidad del sitio de anidación o para crear un microclima favorable.

En todos los casos ambos progenitores participan en la creación del nido. el tamaño puede variar según la especie pero oscila entre 0,5 y 2 m de largo. Las cacatúas recubren los nidos con palos, astillas de madera y otros materiales vegetales.

En las especies de loros grandes los huecos para realizar los nidos pueden ser limitados y por ello se crean disputas tanto con los miembros de su propia especie como con otras aves. Lo que puede hacer que algunas parejas se queden sin poder anidar y reproducirse con las consecuentes consecuencias. Sin embargo, algunos arboricultores han aumentando la tasa de reproducción al crear huecos artificiales para que aniden los loros.

Desarrollo

Los huevos son de color blanco. La hembra realiza la incubación, aunque las cacatúas, el loriquito azul y el loro colgante de primavera se turnan. La hembra se mantiene en el nido durante casi todo el periodo de incubación, pero es ayuda por el macho que la alimenta. La incubación oscila entre 17 – 35 días, pero las especies más grandes de loros tienen mayores tiempo de incubación.

Las crías son altriciales al nacer, es decir, nacen ciegas, sin conductos aditivos abiertos, sin pelo o plumas y con movilidad reducida. Permanecerán en el nido entre tres semanas a cuatro meses, variando entre especies, y a partir de entonces pueden ser cuidados por sus padres durante varios meses más.

Es típico en las especies seleccionadas por K que tienden a tener mayor dificultad para reproducirse. El cuidado de las crías requiere de varios años hasta alcanzar la madurez y tienen una o muy pocas crías al año y no se reproducen cada año.

Estado de conservación

El loro está disminuyendo por diversos problemas como la deforestación que destruye su hábitat. También son capturados para comerciar con ellos como mascotas exóticas. Por tanto, están catalogados como especie «En peligro». Aunque puede variar entre especies.

Relación con humanos

Mascotas

Los humanos encuentran muy atractivos a los loros por su belleza y su capacidad para aprender a «hablar». Los periquitos domésticos es la especie de aves más popular como mascota. En 1992, el periódico Usa Today realizó una encuesta y publicó que había unos 11 millones de aves como animales de compañía, la mayoría de ellas siendo loros. En Europa también son muy populares.

Los loros como mascotas pueden vivir en jaulas o pajareras y éstas deben ser acordes a su tamaño para que pueda moverse libremente, aunque algunas especies como los agopornis pueden ser educados para salir de su jaula y convivir junto a los humanos sin problemas. Dependiendo de la zona pueden capturarse o criados en cautiverio. Las especies más populares como mascotas son: guacamayos, loros amazónicos, cotorras, loro gris, agapornis, cacatúas, periquitos, caiques, pericos, y especies de Eclectus, Pionus y Poicephalus. El temperamento y las personalidad de las distintas especies puede variar, incluso dentro de la misma pues existen loros grises que no quieren hablar aunque tenga la capacidad para hacerlo.

Cuidarlos supone un enorme esfuerzo y requieren de bastante atención, muy similar a la de un niño de tres años. Para que tengan confianza con los humanos y sean mansos se deben estar alimentados a mano y acostumbrados a interactuar con humanos desde una edad temprana. Sin embargo, algunas personas se vuelven incapaces de prolongar estos cuidados a largo plazo y el loro puede comenzar a morder cuando son maltratados o descuidados. También son caros de mantener pues requieren de muchos cuidados como veterinario especializado en aves exóticas, alimentación especifica, aseo, entrenamiento, provisión de juguetes, ejercicio e interación social (tanto con otros loros como con humanos) para lograr una buena salud.

Para muchas personas el loro no puede ser una buena mascota, pues conforme van creciendo van desarrollando sus instintos salvajes como gritar, masticar o morder causando heridas graves. Cosas que no muchos pueden soportar. Quizás este comportamiento se deba a una mala atención y cuidado del loro. Cuando esto ocurre el loro es enviado a centros especializados para intentar reconducirlos y enviarlos a nuevos hogares. Algunos no lo logran y están condenados a morir mediante la eutanasia como perros o gatos.